En la lucha diaria contra la báscula a veces sucede que nuestro proceso para perder peso se estanca, sin importar cuánto tiempo le dedicamos al ejercicio o lo estrictos que seamos siguiendo un régimen alimenticio.
Esta situación puede ser realmente frustrante y genera muchas dudas sobre lo que estamos haciendo bien o mal, pero principalmente puede provocar ansiedad por encontrar la verdadera razón por la cual la báscula no se mueve del mismo número.
La respuesta a esa gran duda no puede ser la misma para todos, pues cada cuerpo es distinto y las condiciones de salud y metabolismo varían de una persona a otra. Sin embargo, hay dos grandes factores que pueden influir en este incómodo impasse:
Nivelación
Puede ser que tu cuerpo ya se acostumbró al cambio que hiciste en tu ritmo de vida. Ahora sabe exactamente qué vas comer y qué ejercicios vas a hacer. Cuando esto pasa, tu metabolismo baja un poco el ritmo para entrar en equilibrio con tu alimentación y rutina física.
Descuido
También existe la posibilidad de que, al ir cambiando tus hábitos poco a poco, te hayas descuidado y ya no te estés alimentando ni ejercitando tan bien como creías. Esto, evidentemente, producirá que no bajes de peso y detengas tu progreso.
La duración de un estancamiento así puede ser de entre 2 y 3 semanas.
Podrías esperar pacientemente a superar esta etapa, siempre y cuando pongas especial atención en no volver a caer en tus hábitos anteriores; o puedes seguir estos sencillos consejos para darle un empujoncito a tu metabolismo y acelerar la marcha de nuevo.
- Revisa tu dieta, busca ayuda de un especialista.
- Haz ajustes en tu rutina de ejercicio (y si todavía no haces ejercicio, ¡empieza ahora mismo!).
- Evita a toda costa comer entre comidas.
- Establece una rutina para comer. Al seguir la secuencia cada día evitarás distracciones y no comerás más de lo necesario.
- Busca nuevas recetas para preparar con tus ingredientes favoritos. Internet está lleno de buenas ideas para darle una refrescada a tus menús.