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Tu salud mental también sufre las consecuencias de la obesidad

Tu salud mental también sufre las consecuencias de la obesidad

Tu salud mental también sufre las consecuencias de la obesidad Dr. Green

Poco se habla de una consecuencia real y preocupante de la obesidad que, al igual que todas, también es grave y afecta progresivamente tu calidad de vida. Me refiero a la depresión en particular y a tu salud mental en general.

Investigaciones médicas indican que, a pesar de que el riesgo para las mujeres al tener un IMC (Índice de Masa Corporal) no saludable es un poco más alto al de los hombres, ellas son mucho más vulnerables a sufrir depresión producto de la obesidad. De hecho, la obesidad femenina está asociada con un aumento del 37% en la depresión grave. Hay también una relación alarmante las mujeres que tienen un alto IMC y la aparición de pensamientos suicidas frecuentes.

Esta merma en la salud mental de los pacientes con sobrepeso u obesidad puede provocar y, al mismo tiempo, ser resultado del estrés. Las preocupaciones diarias y otras situaciones personales causantes del estrés generan en quien lo padece un cambio de hábitos alimenticios y de actividades.

Muchas personas tienen dificultad para recuperarse completamente de eventos repentinos o emocionalmente agotadores como la pérdida de alguien cercano, ciertos obstáculos que se presentan en las relaciones personales o laborales o problemas de salud graves.

Al enfrentarse a estos momentos en su vida, casi sin darse cuenta comienzan a comer demasiado y comer cosas con demasiada azúcar o que los hacen aumentar de peso. Esto, en poco tiempo llega a convertirse en un hábito que será difícil cambiar más adelante.

Existen algunos desórdenes alimenticios que son síntomas de la depresión y que deben tratarse con cuidado en los pacientes con obesidad. Estos pueden ir desde el trastorno alimentario compulsivo hasta la anorexia nerviosa.

En particular, el vínculo entre obesidad y trastorno alimentario compulsivo está íntimamente relacionada con la depresión pues, según estadísticas de salud, el 51% de las personas que lo sufren también presentan un perfil depresivo.

Mira este dato lamentable: se han publicado estudios adicionales demostrando que cierto número de mujeres que sufren obesidad y padecen trastorno alimentario compulsivo, al ser víctimas de comentarios malintencionados y bromas a causa de su apariencia, llegaron a desarrollar depresión e insatisfacción con su cuerpo.

Esto es lo que puedes hacer si te identificas con esta situación

Hacerle frente a los problemas graves de salud, como el sobrepeso y la obesidad, requiere un gran cambio de hábitos que sostengan un estilo de vida saludable. Sin embargo, esto no debe hacerse sin la adecuada supervisión y acompañamiento médico. De lo contrario te arriesgas no sólo a agravar tu estado de salud, sino también dejar de lado y sin atender correctamente aquellas actitudes y problemas emocionales que son la causa original de tu obesidad.

Considera, entonces, el apoyo de un equipo profesional de médicos expertos y certificados. De manera complementaria al acompañamiento profesional, que es primordial en estos casos, aquí te comparto cinco consejos que te pueden ayudar a ti o a alguien que conozcas para hacer frente a los síntomas de depresión aunados a la obesidad:

  1. Pon atención a lo que comes y a las razones por las que lo comes. Inicia un diario y registra todo lo que comes, en qué momento del día y en qué cantidades. Escribe también los pensamientos más significativos que tuviste y tu estado de ánimo. ¿Estabas triste, alegre, frustrado o enojado por algo? ¿Te enfrentaste a alguna experiencia estresaste y sentiste la necesidad de comer como forma de recompensarte por lo sucedido?
  2. Reduce poco a poco tus porciones. No basta con sólo evitar ciertos alimentos, también es muy recomendable que te acostumbres a comer porciones más pequeñas. Verás que poco a poco te acostumbras y en poco tiempo estaras comiendo menos. Esto también te ayudará a sentir menos apetito durante el día.
  3. No perderás peso si sigues estresada y con sentimientos negativos. Toma en cuenta que esto es un proceso en el que todos los factores cuentan y están relacionados. Debes trabajar tanto en tus hábitos alimentarios como en tu salud mental, buscando ayuda y quizá practicando algunas disciplinas de relajación. Quizá éste debería ser tu primer paso.
  4. El apoyo de tus seres queridos es una excelente herramienta.En un escenario ideal, toda la familia debería involucrarse y transformar la dieta para comer más sano. Esto, indudablemente influye en el ánimo y ayuda a que todos alcancen más rápido sus objetivos.
  5. No seas demasiado severa contigo cuando falles.Todos podemos tener días malos, caer en tentaciones y después sentirmos pésimo porque no fuimos lo suficientemente fuertes para evitarlo. Esto pasa sobre todo con las mujeres, ellas tienden a ser más duras consigo mismas cuando se presentan estos episodios. En casos así, un experto en salud mental puede ayudarte a diseñar un plan de acción para poner en práctica cuando te suceda algo así.

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