El verano, tu boda, ese vestido que ya no te queda o un nuevo propósito para empezar el año, suelen ser razones comunes cuando se trata de deshacerse de esos kilos extra.
Sin importar si es poco o mucho lo que quieres bajar, a veces no es fácil encontrar una motivación lo suficientemente fuerte para alcanzar tu objetivo. ¿Te doy una? Tu salud. Esa es la ventaja principal.
Cuando estabilzas tu peso llegan otras consecuencias positivas. Menos propensión a enfermedades, más energía, mejor autoestima y una calidad de vida mayor.
Ahora, cuando te enfrentas a un proceso de pérdida de peso en el camino puedes encontrarte con obstáculos. ¿Puedo solucionarlo sólo con dieta? ¿Cuánto ejercicio tengo que hacer? ¿Debo comprar medicamento? ¿Voy al nutriólogo o al bariatra?
Es posible que hagas un par de búsquedas en Internet para responder a estas preguntas y tener suficiente información antes de decidir qué hacer. Lo que vas a encontrar ahí puede ser un arma de dos filos. Debes tener cuidado.
Me refiero a que vas a ver montones de sitios ofreciéndote productos milagrosos con los que perderás peso fácil y rápido. “Soluciones” de la noche a la mañana, que lejos de ayudarte realmente sólo te van a servir como remedios efímeros.
Acompañando el contenido de todas esas páginas verás también muchas imágenes sorprendetes del “antes y después”. Testimonios admirables de personas que ya probaron tal o cual método, dieta, pastilla, cirugía, etc. No te digo que sean falsos o que no creas en lo que los pacientes narran ahí.
Lo que quiero hacerte notar es que, lo que sirve para alguien no necesariamente va a tener el mismo efecto en ti.
Cada historia es un caso distinto.
Con implicaciones médicas particulares y con características que hay que evaluar primero para saber cuál será la estrategia correcta.
Así que si tú estás en este punto de la historia, te invito a que te acerques con un médico bariatra. De este modo accederás a todo un equipo de expertos que te acompañarán en tu camino hacia tu nuevo estilo de vida.